Reflexiones 2020

Lo que está pasando en la actualidad y en particular en los últimos meses, pueda que haya llevado a algunos a cuestionar el mundo en que vivimos.
Muchos se pueden preguntar, ¿cómo puede ser que tengo que quedarme en mi casa y no puedo salir? ¿Por qué estoy restringido de viajar? ¿Por qué las escuelas están cerradas? ¿Por qué no puedo ir a mi restaurante preferido? y tantas otras cosas más que han surgido con el tema de la pandemia.

La pregunta es, si estamos en el siglo XXI, el cual teóricamente es el más evolucionado desde el punto de vista de la civilización humana, ¿por qué nos encontramos en esta situación? Tendría que haber una solución a cada problema en un instante si estuviéramos tan avanzados como nos quisieron hacer creer. La ciencia tiene respuesta para todo, viajamos al espacio, hay una estación espacial, enviamos satélites a distintos planetas y fuera del sistema solar, existen misiles hipersónicos, existe la cirugía robótica, se aplica la inteligencia artificial hasta en los teléfonos móviles, hacemos una video conferencia desde nuestro teléfono con alguien que está del otro lado del planeta y tantas otras cosas más.

Pero por otro lado si miramos la situación global antes de esta pandemia, miles de seres humanos se morían de hambre cada día, otros tantos millones vivían en condiciones infrahumanas y sin ninguna expectativa de mejorar, millones de personas en el mundo no tenían agua potable, sin acceso a educación o sanidad, y tantas otras condiciones deplorables, que la lista sería muy larga de enumerar. ¡Y todo eso en el ya entrado siglo XXI!

Entonces, ¿de qué evolución estamos hablando?, cuando por los datos que teoricamante se tienen de la historia de la humanidad, nunca existió tanta desigualdad entre los habitantes del planeta. Esta desigualdad no está dada solo por el poder adquisitivo de las personas, sino por la diferencia existente entre las estructuras de poder que manejan el planeta y el resto.

Existen tres poderes que tienen total control de cada una de las vidas en el planeta (quedo demostrado con el encierro), y estas son el poder político, el poder financiero y el poder religioso.

Estos tres pilares que manejan el mundo, han creado la situación en la cual nos encontramos, a través de las guerras ideológicas, religiosas y raciales, las cuales fueron creadas y utilizadas por estos grupos de poder, para fortalecerse en el tiempo e inclinar la balanza en su favor.

Los grupos financieros han hecho estragos en la población, creando la ilusión de que todo es posible, simplemente endeudándose. Prometiendo a través de comerciales la “felicidad artificial” que no existe, la cual se puede lograr solo adquiriendo tal o cual producto, de una lista muy larga que va desde el auto, la casa, la ropa, las vacaciones, el teléfono y demás elementos que nos promocionan.
Todo en cuotas o facilidades de pago.
Es constante el bombardeo de información y promesas que impulsan a perseguir un objetivo inexistente, el cual lleva a un gran número de personas a extenderse fuera de sus posibilidades, con las consecuencias que eso trae aparejado. Esta promesa de felicidad, nunca llega y crea infinidad de trastornos y problemas, que seguramente se puede sobre llevar con algún medicamento, y ellos en el proceso, aumentan exponencialmente sus fortunas.

Los grupos políticos, financiados por los grupos financieros, llevan adelante gestiones de gobierno que solo apuntan a beneficiar algún grupo de poder en determinado periodo, cambiando de rumbo cuando se dan las elecciones, para beneficiar a otro grupo de poder, que anteriormente había quedado afuera. Lo claro de este proceso es que con el tiempo todos estos grupos ganan, ninguno pierde. Entretendrán a la población con peleas entre ellos, las cuales son solo delante de las cámaras, ya que sin ser “amigos”, son parte del mismo esquema.

Los grupos políticos engañan a la gente haciéndoles creer que son diferentes entre ellos, pero cuando uno ve las políticas aplicadas y los resultados en el tiempo, lo único que cambia es el nombre del partido o del político, pero en realidad lo que esta detrás de ellos es siempre lo mismo.

Los grupos religiosos, que, si bien promueven una creencia religiosa, son también parte de los grupos financieros que promueven a políticos, con el mismo objetivo que cualquier corporación, la cual busca obtener ganancia. Los fieles son solo accionistas los cuales colaboran con la estructura de poder, a los cuales les lavan la cabeza ofreciendo solo ellos el camino a la salvación. Cada uno de los grupos religiosos se diferencia del otro y tiene su propia versión de la verdad, pero es todo lo mismo.
Cada uno ofrece a través de su prédica, el pasaporte a las vacaciones eternas después de la muerte.

Esta es la estructura de poder actual en el mundo donde un millón de personas controlan el pensamiento, las creencias y las finanzas de los restantes 6 billones y algo de seres humanos en el planeta.

¿Alguien se preguntó cómo es esto posible?

Estos grupos de poder han creado una “realidad virtual” y han metido a todo el planeta en él, mientras ellos manejan los controles, tal como la foto de Mark Zuckerberg en su presentación de los anteojos de realidad virtual, donde todos los asistentes tienen los anteojos puestos, menos él. La foto es un fiel reflejo de la realidad en la que vivimos.

Bajo el contexto actual, uno se tiene que preguntar si el tema de la pandemia es real o no. Por lo que se ve hasta este momento, 5 meses dentro de la misma, ninguno de los grupos financieros globales está en problemas, ya que los grupos políticos de turno han colaborado con ellos dándole dinero sin interés. Por el otro lado, los grupos financieros no han tenido el mismo trato con el ciudadano común, ya que aplican los intereses a sus tarjetas de crédito y otros prestamos, a niveles altos como antes de la pandemia.

Dentro de este reacomodamiento global, los pequeños comerciantes de todos los rubros, los que no han cerrado definitivamente por que no pudieron mantener sus gastos sin ingresos, están en el proceso de hacerlo, ya que tienen limitada la atención al público.

¿Quiénes serán los que sobrevivirán? Los grandes grupos financieros, a través de sus corporaciones globales, mientras los medianos y pequeños comerciantes irán desapareciendo paulatinamente.

¿Y qué hay de los empleados que pierden su trabajo y que difícilmente puedan conseguir otro? Estos serán mantenidos por el poder político de turno, pero esto no será gratuito.

El costo de esta mantención incluirá una sumisión total al poder del estado, en el cual el control policial será total. No podrás decir que no a nada que te pidan u ordenen, ya que de lo contrario perderías tu ayuda estatal.

El tema de la vacuna, el chip y el 5G está todo ligado. Ese es el objetivo final del control total. Con esa tecnología, no solo se puede saber dónde uno esta las 24 horas del día, sino también el movimiento y el control total de la persona.

Como podemos ver, sí estamos avanzados con la tecnología del siglo XXI, pero los grupos de poder la usan solamente para consolidad su posición y crear una barrera aun mayor entre ellos y el resto, la cual será difícil de romper, a no ser una catástrofe natural de proporciones bíblicas.

Una catástrofe natural que solo interrumpa el servicio eléctrico en gran parte del mundo, traería como consecuencia el “apagón” de ese sistema de control, al igual que el caos generalizado difícil de poder controlar.

Como se puede ver, no hay salida negociada de la situación en la que estamos. Si logramos comprender lo que está pasando en este momento, todavía estamos a tiempo de parar la implementación de este sistema.
Si se logra implementar, entonces la única que nos quedara será esperar la ayuda del universo, para que de alguna forma “apague” este nuevo sistema.

El tiempo lo dirá.

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