El Año 2022 – Dando vuelta la página

Para proyectar que es lo que puede pasar a nivel global, se puede analizar los aspectos de los planetas de traslación lenta (los que están más alejados del sol) al igual que los eclipses de sol y luna que se producen durante el año.

Planetas como Plutón, Neptuno, Urano y Saturno son de gran influencia en eventos mundanos, teniendo a Júpiter, el planeta de la salud, la bondad, el crecimiento y la protección, como el reactivo que pueda aumentar la potencia de los aspectos de los planetas mencionados.

Existe una condición importante para considerar para el 2022. Plutón, Neptuno, Urano y Saturno permanecerán todo el año en el mismo signo. Esto de por si habla de una ‘estabilidad’ de ciertos temas, ya que cuando uno de estos cuerpos celestes entra en un signo, se activan las energías particulares al signo produciendo un cambio con el anterior.
Júpiter tiene su tránsito por el signo de Piscis, entrando en Aries, yendo retrógrado, para luego en diciembre del 2022 entrar en directa en el signo de Aries.

Vale mencionar la importancia de Aries, ya que es donde comienza el ciclo astrológico de las cosas. Hasta que se implantó el calendario gregoriano, el año comenzaba con la entrada de la luna nueva en Aries a fines del mes de marzo de cada año, alrededor del equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Como se puede ver ya desde tiempos remotos, se conocía la importancia de la entrada en el signo de Aries.

Júpiter nos podría estar indicando que durante el 2022 se materializa la finalización de un ciclo y el comienzo de otro a nivel global. Durante el año, se irían presentando situaciones que serían los últimos chispazos de lo anterior y dejando vislumbrar lo nuevo hasta una firme materialización a fines del 2022.
El ciclo anterior de Júpiter durante los años 2010-2011, fue cuando la economía mundial comenzó a recuperarse luego de la debacle del 2008 y 2009.
Hasta ahora hablamos de Júpiter como el activador de cambios indicados por los otros cuerpos celestes más alejados del Sol, pero ¿de qué cambios estamos hablando en este periodo?
Para comprender los cambios que se vienen veamos el alcance de cada uno de los otros cuerpos celestes en la ecuación.

Plutón continua su paso firme por el signo de Capricornio, manifestando su energía de cambio (lento pero seguro) de las estructuras globales. Vale recordar que su comienzo en este signo fue en el 2008 cuando saco a la luz la corrupción que existía en el sector financiero mundial. Durante el 2020 y especialmente en el 2021 se puede ver la dicotomía de los gobiernos y las organizaciones globales, incluidas las empresas farmacéuticas, entre lo que prometen, aseveran y luego desdicen y contradicen. No hay que tener tan buena memoria para recordar que los confinamientos y restricciones se iban a terminar con la vacuna, luego que la vacunación de una dosis iba a parar la pandemia, posiblemente con un refuerzo adicional, para luego sacar una tercera dosis. Todas estas cuestiones se comienzan a escuchar nuevamente en los medios de información y a verlas en las acciones de los gobiernos con los nuevos confinamientos y cierres de fronteras.
Plutón que maneja los procesos intensos de transformación y regeneración, también alcanza al inframundo. Esta energía saca a la luz lo que esta corrompido o putrefacto, para que el consciente lo vea.
Que es lo que se hace con lo que se ve y sale a la luz, dependerá de lo que decida cada uno.

Neptuno transitando el signo de Piscis habla de los procesos líquidos, el agua, el subconsciente, las enfermedades y el servicio a los demás. Los desastres climáticos a raíz del agua se ven a diario en distintas partes del mundo, y esto no es casual. Si bien desde el mundo material se responsabiliza al cambio climático de estos eventos, desde el punto de vista astrológico podemos decir que esta ocurriendo un proceso de ‘limpieza’ y depuración, y el agua es solo el medio.
Para aquellos que lo crean, el ‘diluvio universal’ relatado en la biblia no fue más que una limpieza general de lo que estaba corrompido y ya no servía al proceso de evolución. El diluvio no fue consecuencia del CO2 o el calentamiento global, existen otros mecanismos universales que el ser humano no puede controlar. El ser humano solo puede controlar lo que el piensa, dice y hace.

Recordemos que todo es energía, y para que exista equilibrio, la energía tiene que estar equilibrada. Pueda que no se comprenda (principalmente porque no se enseña) que el ser humano por su composición es un potente generador de energías. Lo hace con su pensamiento, con su palabra, con sus estados de ánimo y sus acciones. Billones de personas sobre este planeta generan una energía medible.
Hay sensores alrededor de la tierra que están midiendo esto desde hace mucho tiempo. Se usó el evento anual en el desierto de Mojave, en Estados Unidos, denominado ‘The Burning Man’, que se lleva a cabo cada Septiembre, para medir las variaciones de frecuencia provocado por los miles de personas que atienden.
El atentado de las torres gemelas del 11 de septiembre fue la confirmación final de estas mediciones, ya que se pudieron medir las variaciones de esta energía con cada impacto en las torres, y esto no solo en Estados Unidos sino a nivel mundial.
Neptuno en su proceso de limpieza utiliza el agua y las enfermedades. ¿A quiénes afecta principalmente? A aquellos lugares y personas que son los mayores generadores de baja energía.

Urano en el signo de Tauro tiene que ver con la tierra, lo terrenal. Habla de los cambios bruscos como pueden ser los terremotos y los volcanes. De esto tenemos más pruebas de las que se puedan pedir con el aumento de terremotos y volcanes activos desde que Urano entro en Tauro en el 2018. El significativo aumento de actividad de estos temas desde el 2018 también habla de un proceso de limpieza, de equilibrio energético. No son solo eventos climáticos, esa es una visión muy acotada que no considera el funcionamiento del universo.
Lo que está pasando en este momento con el volcán de Las Palmas en España, es solo una muestra.

Saturno por su parte, durante su tránsito por el signo de Capricornio sacudió las estructuras, y quedó a las claras que ningún gobierno a nivel global está preparado para atender su población ante una catástrofe masiva. La mejor respuesta que tuvieron fue, ‘quédate en casa’.
Al igual que por la energía generada por Plutón, Saturno puso a la vista de todo el mundo que nadie está preparado, ya sea persona o institución, para subsistir ante un cambio drástico de las condiciones que se tienen.
Hemos alcanzado un punto en nuestra evolución donde la comodidad y la complacencia atrofió nuestro poder natural de sobrevivencia y evolución. Los gobiernos han pasado a ser el padre de todos los ciudadanos que se sienten niños que recién comienzan a caminar. El ‘padre’ los tiene que proteger y les tiene que solucionar sus problemas. Es tanta la ascendencia que ese padre tiene, que ni siquiera sé lo ve como un abusador, cuando lo es.
En la sociedad esto está representado por el autoritarismo ejercido por los gobiernos al igual que el desmedido uso de los recursos de los contribuyentes sin ningún tipo de control o rendición de cuentas.
Esto también quedo a la vista de todos a nivel global.

Saturno está transitando el signo de Acuario y la energía que genera es de ‘despertar’. Es de comenzar a ver, a comprender como son las cosas. Las cosas no son como nos las presentan, son muy diferentes. Como el pájaro de Sur América llamado ‘tero’, pone sus huevos en un lugar, pero merodea otros lugares para no delatar donde esta su nido. Esta sabiduría de auto defensa de esta singular ave es lo que sucede con las grandes estructuras de poder. Mientras estas funcionan con una agenda propia, distraen a la población con noticias vulgares, frívolas o simplemente creadas, con el fin de generar miedo, inseguridad y tapar la verdad. No hay que ser muy inteligente para comprender que todas estas son energías negativas.
Acuario es soñador, imaginativo, y mientras Saturno transita este signo, acota los sueños y la imaginación al plano de lo real y posible.

En un artículo anterior hablamos del comienzo de la ‘Era de Acuario’ teniendo como activador al eclipse solar del 30 de abril del 2022. Coincidentemente, unos días después el 11 de mayo del 2022 Júpiter entra en el signo de Aries, el cual lo podemos definir como comienzo de ciclo. Júpiter seguirá transitando Aries para luego ir retrogrado nuevamente al signo de Piscis a fines de octubre para pasar en directa ya en Aries para el solsticio de invierno el 21 de diciembre en el hemisferio norte, verano en el hemisferio sur.

Esto nos augura para fines del 2022 un periodo festivo renovado, con nuevas realidades y expectativas, dejando atrás un ciclo oscuro de la historia que nos tocó vivir. Será un nuevo renacer de aquellos que lograron cambiar su chip, de los que lograron desenchufarse de la ‘matrix’ y comenzaron a ver las cosas tal cual son.
Solo faltaran aquellos generadores de esa mala energía que tanto mal han hecho por tanto tiempo. Solo recordémoslos de la mejor manera, pensando que quedaron en el camino solo por no poder evolucionar, el cual es un requisito fundamental de la ley básica de funcionamiento del universo.

Estamos en este plano para evolucionar, todo lo demás es un pasatiempo.

 

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